En los últimos nueve años han sido asesinadas 629 mujeres, según el informe 'Mujeres asesinadas por su pareja. España 2000-2009'. Este 2010 no ha terminado y ya son 69 las mujeres a las que su pareja o ex pareja les ha arrebatado la vida. La ley contra la violencia de género se aprobó en 2004 y tan sólo se ha reducido en un 8,3 %,, por lo que cabe preguntarse qué está fallando.
En opinión del delegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Llorente, más que fallar lo que ocurre es que "lo que está funcionando no ha llegado todavía a todos los sitios".
En esta línea señala que en 2010 la edad de las víctimas era superior, la mayoría no había denunciado y más del 70 % seguía conviviendo con su agresor cuando ocurrieron los hechos.
A esto, hay que sumar, según el criterio de Llorente, dos puntos claves más. Por un lado, se ha incrementado el número de mujeres inmigrantes, con lo que "hay que impulsar medidas concretas de concienciación para estos sectores". Por otro, hay un mayor número de personas que justifican determinadas conductas violentas. Algo en lo que coincide con Soledad Murillo, miembro de la Convención de Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW).
"Sale muy barato", apostilla Murillo, "insultar a la mujer" y esto, opina, es lo que contribuye a que las mujeres maltratadas no denuncien.
Según los últimos datos del Consejo General del Poder Judicial (correspondientes al segundo trimestre del año) el número de denuncias fue de 34.256. Dato que comparado con 2009 supone un retroceso del 2,08 %.
Daños colaterales: las otras víctimas
Cuando una mujer padece malos tratos la familia y los amigos sufren por lo ocurrido. Si la pareja tiene hijos éstos "no son meros testigos de la violencia, son víctimas" apuntan desde la organización Save the Children, "y queremos que dejen de ser invisibles".
La secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído, asegura que los niños suelen ser utilizados "como medio e instrumento para ejercer control y hacer daño a la madre".
Aído añade que para acabar con la violencia machista "es necesario romper la cadena generacional" para evitar que repitan las conductas que vieron de desprecio y malos tratos del padre hacia la madre.
El Consejo de Ministros ya ha aprobado un acuerdo para impulsar un conjunto de reformas legislativas que permitan luchar de manera más eficaz contra esta lacra y ha dado prioridad a la protección de los menores que sufren sus consecuencias de manera directa o indirecta.
El origen del 'mal'
Y es que es precisamente en la base, en la educación, en el desarrollo de una persona cuando se le pueden inculcar unos u otros valores.
En nuestro país, el 13,1% de los adolescentes reconoce que en alguna ocasión han ejercido conductas violentas hacia las chicas con las que tenía una relación o con quien querían tenerla. Así lo desvela el estudio 'Igualdad y prevención de la violencia de género en la adolescencia'.
Además, el 3,2% de estos jóvenes ha reconocido que ha maltratado con frecuencia respaldándose en el sexismo, la violencia en general y la de género.
El informe concluye que la mentalidad machista que subyace en nuestra sociedad tras la violencia de género es el principal riesgo desde la adolescencia. De ahí la importancia de acabar con la cadena generacional, como apuntaba Aído.
La custodia de los hijos
Tratando de dar un paso más en este camino que apuntamos, desde el Gobierno han decidido lanzar una reforma para que una persona no pueda ejercer la custodia individual de los hijos, tras una separación o divorcio, si está imputada como presunto autor de malos tratos hacia su pareja.
Además, el Ejecutivo introducirá reformas legales para impedir que los hombres condenados por delitos relacionados con la violencia machista puedan heredar el patrimonio de la víctima.
El enemigo se encuentra cerca
Aunque parezca extraño, las mujeres españolas se encuentran más seguras en la calle que en su propia casa.
Y es que según el III Informe Internacional 'Violencia contra la mujer en las relaciones de Pareja', elaborado por el Centro Reina Sofía, las españolas corren más peligro de ser asesinadas por un familiar, por su pareja o ex pareja que por un desconocido.
En concreto en España, siete de cada diez mujeres mueren a manos de un familiar. Lo que sitúa a nuestro país en quinto lugar, ya que durante los seis años analizados por el estudio, es el que más ha incrementado.
Vivir en paz
Desde que se aprobó la ley contra la violencia de género, en 2004, el número de víctimas se ha reducido en un 8,3%, pero queda mucho por hacer.
La presidenta de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, Ángela Cerrillos, considera que la norma "es un instrumento legal completo" pero que lo que hay que tener en cuenta es si se está aplicando "correctamente o si hay los medios suficientes".
También considera "crucial" que la asistencia jurídica se dé en el mismo momento en el que una mujer interpone la denuncia.
Porque ya es bastante complicado que de ese paso, reitera el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, cuando explica que nos enfrentamos a mujeres que ven "cierta normalidad" en esas actitudes violentas.
Además, Llorente constata que hay mujeres que no quieren separarse por una serie de elementos culturales, sin darse cuenta de que la denuncia es el medio "para estar en paz".
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