lunes, 13 de diciembre de 2010

"Comentarios " hacia el PSOE

Cables sin bigote


A mí, realmente, los cables de Wikileaks me importan una higa si no hablan de Gaspar Zarrías. Al tal Assange no sé si lo empurarán o no por la gran violación sueca, pero deberían echarlo de Europa porque no se ha enterado de nada. Ala, majo, vuélvete a Australia. Lo mismo para los embajadores norteamericanos en España. Tanto «hamón», tanto vino, no han tenido tiempo para darse cuenta de quién manda aquí. Marujeando entre los líos de Trini y Curro Moratinos, el izquierdista trasnochado de Zapatero (menudo hallazgo, vaya linces) o la inmadurez de Chacón (venga un Nobel en inteligencia para los chicos) se les ha escapado lo primordial. Y lo primordial se ha quitado el bigote. Está raro, pero sigue siendo él y en cuanto puede o le dejan lo demuestra.
Pero le tienen que dejar, ahora. Será por eso que, en lugar de hablar de Zarrías, los papeles de Wikileaks tratan sobre Bernardino León Gross, secretario general de la Presidencia, al que tildan de «chico de oro» del Gobierno ZP. Con él la diplomacia americana se deshace en halagos. Resaltan su preparación, su nivel de información, su ascendencia sobre el presidente. Rara avis en el Ejecutivo, les falta decir.
Hubo un tiempo en que León Gross sonó como posible candidato socialista a la Alcaldía de Málaga. Evidentemente dijo que no, y el PSOE tuvo que elegir a María Gámez. ¿A quién? A María Gámez, tampoco sale en los cables. Hubo un tiempo, también, en que los candidatos del PSOE a las alcaldías, y más en Andalucía, eran pesos pesados del partido, gente de nivel. Aceptaban, quisieran o no bajarse al fango de la política local. Tan cercana. Tan ingrata. Eso era cuando no había comenzado el derrumbe, cuando el bigote de Zarrías lucía enhiesto. A poca altura, pero con grandes cotas de mando. Triste paradoja. Ahora que no maneja los cables, la política puede ser menos fangosa, pero los suyos se precipitan al barro.

Fuente:ABCdeSevilla.es

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