Muchos en el PSOE están viviendo con estupor el debate sucesorio que ha vuelto a estallar una vez desvelado que José Luis Rodríguez Zapatero tiene ya perfectamente diseñada su hoja de ruta de salida. Y los más estupefactos son, sobre todo, los dirigentes socialistas que ven desde la distancia las tradicionales conspiraciones que siempre se han tramado en los cenáculos políticos madrileños. No es para menos, a tenor de los últimos capítulos de este enredo.
Remontémonos al pasado viernes. Algunos líderes territoriales llegaron a Zaragoza, donde el PSOE celebró su convención autonómica, con la mosca detrás de la oreja: les habían dicho que el sábado cenarían con Alfredo Pérez Rubalcaba –a quien muchos bendicen ya como candidato electoral para el 2012– y sospechaban que al día siguiente Zapatero diría algo importante al respecto. Pero no sólo Rubalcaba suspendió al final su asistencia a la cena, sino que el domingo Zapatero mandó al PSOE no seguir echando leña al fuego del debate sucesorio.
La sorpresa para ellos fue que al día siguiente, el lunes, el propio Zapatero reavivó el debate al asegurar que, en la hora del relevo, “todo será muy rápido”. Y el último capítulo del culebrón –por ahora– lo firmó ayer el vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, quien se permitió por vez primera corregir al jefe en público, según admitió: el relevo de Zapatero “no sería ni rápido ni corto”, ya que pasaría por la convocatoria de primarias. Para las que, añadió, “hay mucho banquillo”. La situación podría remitir, desde luego, al título de aquella sitcom de los 80 protagonizada por Michael J. Fox: 'Enredos de familia'.
La familia socialista está muy enredada en este proceso sucesorio que incluye un choque generacional. Ya todos asumen que Zapatero no optará a la reelección en el 2012. Y casi todos dan por hecho que su sucesor en esta contienda electoral será Rubalcaba, aunque algunos dirigentes que habían de asumir el relevo generacional del PSOE de Zapatero se resisten. Pero la disputa ahora va más allá: los que defienden que Rubalcaba sea el candidato en el 2012 –por interés electoral y por interés propio también– aseguran que el vicepresidente debe asumir también la secretaria general del partido con el argumento de que la bicefalia nunca ha funcionado en el PSOE. Y este cargo sólo puede salir de un congreso federal.
Otros, en cambio, no quieren quedar descabalgados. Por eso insisten en que la candidatura electoral habrá de dirimirse en unas primarias: “Zapatero es quien ha traído la democracia interna al PSOE, y él será el primero en cumplirlo”, dice un miembro del Gobierno próximo al presidente. Y no quieren ni oír hablar, por ahora, de un cambio en la secretaría general: “No habrá congreso antes de que toque, tras las generales”, zanja otro miembro del Ejecutivo cercano a Zapatero.
Y mientras el enredo sigue su curso, Zapatero escenificará hoy por todo lo alto el pacto social sellado con sindicatos y empresarios, antes de que mañana despliegue la alfombra roja para recibir con todos los honores a la canciller Angela Merkel.
Fuente:lavarguardia.es
Remontémonos al pasado viernes. Algunos líderes territoriales llegaron a Zaragoza, donde el PSOE celebró su convención autonómica, con la mosca detrás de la oreja: les habían dicho que el sábado cenarían con Alfredo Pérez Rubalcaba –a quien muchos bendicen ya como candidato electoral para el 2012– y sospechaban que al día siguiente Zapatero diría algo importante al respecto. Pero no sólo Rubalcaba suspendió al final su asistencia a la cena, sino que el domingo Zapatero mandó al PSOE no seguir echando leña al fuego del debate sucesorio.
La sorpresa para ellos fue que al día siguiente, el lunes, el propio Zapatero reavivó el debate al asegurar que, en la hora del relevo, “todo será muy rápido”. Y el último capítulo del culebrón –por ahora– lo firmó ayer el vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, quien se permitió por vez primera corregir al jefe en público, según admitió: el relevo de Zapatero “no sería ni rápido ni corto”, ya que pasaría por la convocatoria de primarias. Para las que, añadió, “hay mucho banquillo”. La situación podría remitir, desde luego, al título de aquella sitcom de los 80 protagonizada por Michael J. Fox: 'Enredos de familia'.
La familia socialista está muy enredada en este proceso sucesorio que incluye un choque generacional. Ya todos asumen que Zapatero no optará a la reelección en el 2012. Y casi todos dan por hecho que su sucesor en esta contienda electoral será Rubalcaba, aunque algunos dirigentes que habían de asumir el relevo generacional del PSOE de Zapatero se resisten. Pero la disputa ahora va más allá: los que defienden que Rubalcaba sea el candidato en el 2012 –por interés electoral y por interés propio también– aseguran que el vicepresidente debe asumir también la secretaria general del partido con el argumento de que la bicefalia nunca ha funcionado en el PSOE. Y este cargo sólo puede salir de un congreso federal.
Otros, en cambio, no quieren quedar descabalgados. Por eso insisten en que la candidatura electoral habrá de dirimirse en unas primarias: “Zapatero es quien ha traído la democracia interna al PSOE, y él será el primero en cumplirlo”, dice un miembro del Gobierno próximo al presidente. Y no quieren ni oír hablar, por ahora, de un cambio en la secretaría general: “No habrá congreso antes de que toque, tras las generales”, zanja otro miembro del Ejecutivo cercano a Zapatero.
Y mientras el enredo sigue su curso, Zapatero escenificará hoy por todo lo alto el pacto social sellado con sindicatos y empresarios, antes de que mañana despliegue la alfombra roja para recibir con todos los honores a la canciller Angela Merkel.
Fuente:lavarguardia.es
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