El PP cierra filas en torno a la candidata de Asturias y pide al ex ministro que rectifique. Ayllón no cree que la dirección tuviera que avisar al ex secretario general.
A pesar del terremoto mediático, en Génova no ven crisis por ningún lado. Esa es la idea que vendió ayer José Luis Ayllón, secretario general del Grupo Parlamentario Popular, erigido en portavoz oficial del partido por un día. El número dos de Soraya Sáenz de Santamaría negó ayer que la salida de Francisco Álvarez Cascos del PP haya generado una crisis en Asturias y “mucho menos” otra a nivel nacional.
Pero desde Génova no sólo se niega cualquier brete a nivel interno sino que se minimiza el efecto Cascos al tiempo que se defiende a capa y espada la capacidad de la candidata elegida para el Principado. Parece no importar el lugar que un día ocupó el ex ministro en el partido, del que fue “general secretario” durante casi una década, o su inapelable gancho mediático, Ayllón aseguró ayer que en el partido no tienen ningún temor por que el goteo de bajas que se ha producido desde su marcha continúe. De momento, suman alrededor de medio centenar y ayer mismo se conoció otra, la del ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), Fernando González Landa, que mediante una carta explicó a Mariano Rajoy que abandona el partido porque cree que se ha “despreciado” a los afiliados que durante un año han trabajado por la candidatura de Cascos.
El mensaje que lanzó el portavoz popular fue esclarecedor: “No creo que las bajas se puedan considerar en términos absolutos un problema para un partido con 700.000 afiliados”. Y tras restar importancia a estas marchas, expresó su incredulidad por el revuelo creado por no haber avisado al propio Cascos de que no sería candidato. “No se tiene por qué ir comunicando uno a uno a todos aquellos candidato que posiblemente pudieran haberlo sido”, indicó, y explicó que a él, diputado por Barcelona, nadie le llamó para decírselo cuando Alicia Sánchez-Camacho fue elegida número uno del PP catalán.
Dicho esto defendió que la elección de Isabel Pérez Espinosa fue muy meditada por la dirección del partido y confió plenamente en que ganará las próximas elecciones. Según las últimas encuestas internas, la distancia entre el ex ministro y la teniente de alcalde de Oviedo se había disminuido tras la tensión acumulada durante el último año. Sin embargo, a los populares tampoco se les escapa que tras el cisma asturiano las posibilidades de que el PP gane se reducen, más aún si el ex ministro decide presentarse en un lista alternativa.
El portavoz parlamentario no fue el único en defender a Pérez-Espinosa. Alberto Ruiz Gallardón, miembro del comité de dirección del partido, aseguró ayer que lo responsable en estos momentos es apoyar a la candidata elegida por el comité electoral. El alcalde madrileño lamentó la salida de Cascos pero le recordó (probablemente teniendo en mente que hace tres años Rajoy no quiso llevarle en las listas de las elecciones generales), que el “disgusto” provocado por una decisión de los órganos del partido no pueden convertirse en una “acción negativa” contra la propia formación, por lo que esperó que “rectifique” y no se decida a competir contra el PP bajo otras siglas.
A pesar del terremoto mediático, en Génova no ven crisis por ningún lado. Esa es la idea que vendió ayer José Luis Ayllón, secretario general del Grupo Parlamentario Popular, erigido en portavoz oficial del partido por un día. El número dos de Soraya Sáenz de Santamaría negó ayer que la salida de Francisco Álvarez Cascos del PP haya generado una crisis en Asturias y “mucho menos” otra a nivel nacional.
Pero desde Génova no sólo se niega cualquier brete a nivel interno sino que se minimiza el efecto Cascos al tiempo que se defiende a capa y espada la capacidad de la candidata elegida para el Principado. Parece no importar el lugar que un día ocupó el ex ministro en el partido, del que fue “general secretario” durante casi una década, o su inapelable gancho mediático, Ayllón aseguró ayer que en el partido no tienen ningún temor por que el goteo de bajas que se ha producido desde su marcha continúe. De momento, suman alrededor de medio centenar y ayer mismo se conoció otra, la del ex presidente de la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), Fernando González Landa, que mediante una carta explicó a Mariano Rajoy que abandona el partido porque cree que se ha “despreciado” a los afiliados que durante un año han trabajado por la candidatura de Cascos.
El mensaje que lanzó el portavoz popular fue esclarecedor: “No creo que las bajas se puedan considerar en términos absolutos un problema para un partido con 700.000 afiliados”. Y tras restar importancia a estas marchas, expresó su incredulidad por el revuelo creado por no haber avisado al propio Cascos de que no sería candidato. “No se tiene por qué ir comunicando uno a uno a todos aquellos candidato que posiblemente pudieran haberlo sido”, indicó, y explicó que a él, diputado por Barcelona, nadie le llamó para decírselo cuando Alicia Sánchez-Camacho fue elegida número uno del PP catalán.
Dicho esto defendió que la elección de Isabel Pérez Espinosa fue muy meditada por la dirección del partido y confió plenamente en que ganará las próximas elecciones. Según las últimas encuestas internas, la distancia entre el ex ministro y la teniente de alcalde de Oviedo se había disminuido tras la tensión acumulada durante el último año. Sin embargo, a los populares tampoco se les escapa que tras el cisma asturiano las posibilidades de que el PP gane se reducen, más aún si el ex ministro decide presentarse en un lista alternativa.
El portavoz parlamentario no fue el único en defender a Pérez-Espinosa. Alberto Ruiz Gallardón, miembro del comité de dirección del partido, aseguró ayer que lo responsable en estos momentos es apoyar a la candidata elegida por el comité electoral. El alcalde madrileño lamentó la salida de Cascos pero le recordó (probablemente teniendo en mente que hace tres años Rajoy no quiso llevarle en las listas de las elecciones generales), que el “disgusto” provocado por una decisión de los órganos del partido no pueden convertirse en una “acción negativa” contra la propia formación, por lo que esperó que “rectifique” y no se decida a competir contra el PP bajo otras siglas.
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