“La alianza de José Blanco y Alfredo Pérez Rubalcaba no es permanente, es una UTE, una unión temporal de empresas que durará mientras dure la obra”, dice uno de sus críticos dentro del PSOE.
El vicepresidente y el vicesecretario son ahora aliados, pero no siempre lo fueron. Durante los primeros años del zapaterismo, ambos políticos rivalizaron entre sí hasta que llegó una paz que ha durado mucho más de lo que algunos pensaban. Sin embargo, esta alianza –que aún se mantiene, y que será fundamental para el futuro inmediato del PSOE– tiene hoy abiertos algunos puntos de fricción. El fundamental: ¿qué pasará cuando Zapatero anuncie su salida?
Si tal cosa sucede, que aún está por ver, hay dos hipótesis: que el presidente renuncie a la candidatura socialista pero mantenga durante algunos meses más –hasta el congreso ordinario de 2012– la secretaría general. O también que Zapatero se vaya del todo, y no sólo fuerce a elegir un nuevo candidato a las generales, sino también un nuevo secretario general. La segunda opción es, al parecer, la que pide Rubalcaba, que no quiere ser Borrell: que si va a ser el candidato en 2012 también quiere mandar en el partido y controlar el aparato tras las elecciones, gane o pierda. Y es aquí donde parece estar el conflicto de intereses con Blanco, que según algunas fuentes no está dispuesto a ceder todo el poder sobre el aparato que ahora mismo, en nombre de Zapatero, controla él.
A la UTE le preocupa algunas resurrecciones. Como la de Jesús Caldera, rival de Blanco y de Rubalcaba que Zapatero ha sacado de la tumba para la negociación del acuerdo de las pensiones. Y también la segunda vuelta por el liderazgo del PSOE: quién será el próximo secretario general –y presumible candidato en 2016– en el caso de que Rubalcaba pierda en 2012.
Fuente:estrelladigital.es
Si tal cosa sucede, que aún está por ver, hay dos hipótesis: que el presidente renuncie a la candidatura socialista pero mantenga durante algunos meses más –hasta el congreso ordinario de 2012– la secretaría general. O también que Zapatero se vaya del todo, y no sólo fuerce a elegir un nuevo candidato a las generales, sino también un nuevo secretario general. La segunda opción es, al parecer, la que pide Rubalcaba, que no quiere ser Borrell: que si va a ser el candidato en 2012 también quiere mandar en el partido y controlar el aparato tras las elecciones, gane o pierda. Y es aquí donde parece estar el conflicto de intereses con Blanco, que según algunas fuentes no está dispuesto a ceder todo el poder sobre el aparato que ahora mismo, en nombre de Zapatero, controla él.
A la UTE le preocupa algunas resurrecciones. Como la de Jesús Caldera, rival de Blanco y de Rubalcaba que Zapatero ha sacado de la tumba para la negociación del acuerdo de las pensiones. Y también la segunda vuelta por el liderazgo del PSOE: quién será el próximo secretario general –y presumible candidato en 2016– en el caso de que Rubalcaba pierda en 2012.
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