viernes, 28 de enero de 2011

La doctrina Álvarez

EN ESPAÑA OPERAN unos 20 bancos y cerca de 50 cajas de ahorros. Unos y otras se reparten en mitades casi iguales el mercado del dinero en nuestro país. ¿Hay razones técnicas para tanta caja? No.

28/01/11
Su número, sin duda excesivo, responde a intereses políticos; unos buenos y otros no tanto. En los últimos tiempos, muchas de estas entidades descuidaron actividades sociales para volcarse en negocios especulativos vinculados al ladrillo y colindantes con las necesidades de financiación de los ayuntamientos. Dentro de poco sabremos cuánto dinero han enterrado las cajas en inversiones que hoy no valen ni la cuarta parte. Lo nuevo es que, por una vez, el Gobierno se anticipa a los acontecimientos y aplica, por fin, la doctrina Álvarez. ¿Que cuál es esa doctrina? Pues la que intentó impulsar la ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez antes de perder la última batalla: en lugar de poner a disposición de las instituciones ingentes cantidades de dinero a (casi) fondo perdido, realizar préstamos a cambio de entrar en el capital, participar en la gestión y garantizar el buen uso del dinero público (por ejemplo, abriendo el grifo del crédito a las empresas).

A Pedro Solbes le daba terror el verbo “nacionalizar”. Zapatero y Salgado se han sacudido el miedo porque parecen haber entendido dos cosas: una, que hay una manera más solidaria y eficaz de abordar la crisis; y dos, que a los mercados se los domestica anticipando sus movimientos y no arrastrándose tras ellos. Buena maniobra, por ejemplo, la de anunciar la reestructuración de las cajas antes de que un posible acuerdo con los sindicatos transmitiera algún síntoma de rectificación. Y es que se nota que en la cocina ya hay algo más que pinches.

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