El pasado 20 de octubre Ramón Jáuregui vio recompensada su eterna fidelidad al partido y sus más de cuarenta años de militancia en filas socialistas cuando Rodríguez Zapatero decidió «rescatarle» e introducirle en las mismas entrañas del Ejecutivo. Tras varias partidas perdidas, el tablero de ajedrez cambiaba de piezas y, en lo que se consideró un movimiento de pura estrategia, el presidente hizo de Alfredo Pérez Rubalcaba y Ramón Jáuregui el tándem perfecto del nuevo Gobierno de la comunicación.
«Mi mujer se llevó un pequeño disgusto cuando me llamó Zapatero», reconoce el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, en la entrevista que se publica en el próximo número de la revista «Vanity Fair». «Había necesidad de renovar el modelo representado por María Teresa. Ella tenía virtudes excelentes, pero hacía falta una comunicación con más pedagogía a la hora de explicar los esfuerzos que tiene que hacer la ciudadanía de cara a la crisis».
El político se retrata durante la entrevista a «Vanity Fair» como un apasionado de la música clásica y amante del deporte (es corredor de fondo), al tiempo que aprovecha para asegurar que, al contrario de lo que muchos piensan, no es creyente. «Perdí la fe cuando entré en política», aunque también apunta que el PSOE «debe abrirse al mundo cristiano y superar un anticlericarismo más propio del siglo XX que del actual».
El político se retrata durante la entrevista a «Vanity Fair» como un apasionado de la música clásica y amante del deporte (es corredor de fondo), al tiempo que aprovecha para asegurar que, al contrario de lo que muchos piensan, no es creyente. «Perdí la fe cuando entré en política», aunque también apunta que el PSOE «debe abrirse al mundo cristiano y superar un anticlericarismo más propio del siglo XX que del actual».
«Las elecciones no son el único objetivo»
Como gran orador, Jáuregui hace gala de su intachable manejo de la retórica cuando explica el sentido de algunas de las acciones más impopulares del Gobierno. Interpelado por la decisión del Ejecutivo de retrasar la edad de jubliación a los 67 años, el político considera que «hay que jubilarse más tarde, guste o no» y se muestra despreocupado ante el efecto que dichas medidas puedan tener de cara a los próximos comicios: «No contemplamos las elecciones como único objetivo, hay que poner a España en la senda de la recuperación».
EFE.Pero sin lugar a dudas, cuando el tercer hombre del Ejecutivo es del todo contundente es a la hora de definir la actitud del Gobierno en lalucha contra ETA: «El comunicado es insuficiente. Es una oportunidad perdida porque es un comunicado con condiciones». Asegura, además, que la última declaración de intenciones de la banda no hace más que demostrar que ETA «quiere seguir como guía y control de una negociación imposible. Dicho de otra manera, ETA no quiere disolverse para que Batasuna haga política». En este sentido, el político advierte de que la política del Gobierno no cambiará «en absoluto» y que ahora «la pelota está en el tejado de ETA».
Los ex presidentes, como «jarrones chinos»
Respecto a sus últimas declaraciones, en las que el ministro criticó la presencia de Aznar en Endesa al tiempo que defendió la entrada de Felipe González en Gas Natural, Jáuregui no ha dudado en comparar a los ex presidentes del Gobierno con «jarrones chinos». «Son como objetos de valor que adornan las estancias. En la medida que son personas con una gran experiencia deben ser extremadamente cuidadosas en sus manifestaciones dentro y fuera de España», motivo por el cual ha calificado de «irresponsabilidad política» el reciente artículo de José María Aznar en «Wall Street Journal» donde, a su juicio, el ex presidente del Gobierno «hace un dibujo catastrófico de la economía de su país».
Fuente:abcdesevilla.es
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