SI la ex diputada socialista Carmen Olmedo no viviera en un mundo particular, a donde viajó hace años impulsada por razones que todavía no son accesibles al conocimiento humano, ayer sus ojos vivarachos brillarían felices y su corazón se hubiera llenado de orgullo al conocer que la dirección provincial de su partido, bajo el impulso de la secretaria de Igualdad, Meli Galarza, había decidido la creación de un premio que lleva su nombre y que tiene como objetivo el reconocimiento público en la lucha por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y que en esta primera edición se entregará a Bibiana Aído, secretaria de Estado de Igualdad.
Habrá pocas personas en la pomada de la política malagueña que desconozcan la trayectoria vital de Carmen Olmedo. Una mujer militante socialista y feminista, pionera en cada una de las actuaciones que llevó a cabo en materia de igualdad y en concreto de la violencia hacia la mujer y los recursos de las víctimas. Siendo secretaria de Igualdad del PSOE de Málaga creó el Foro de Igualdad. En 1985, siendo directora del Centro de la Mujer, llevó a cabo la apertura de las casas de acogida para mujeres maltratadas, las primeras en Andalucía y en España. Fue la primera directora del Instituto Andaluz de la Mujer de la Junta de Andalucía, en 1989, y fue la primera que defendió la necesidad de tener una ley contra la violencia de género y se encargó de presentar su primer borrador.
Muchos compañeros y amigos todavía recuerdan que Carmen Olmedo, del brazo de otra pionera, Chiqui Gutiérrez del Álamo, fueron las primeras, corría la década de los 80, en patear Andalucía, pueblo a pueblo, hablando de igualdad. Casi siempre eran recibidas entre el asombro y la perplejidad. Hay docenas de anécdotas sobre sus periplos. Pero quizá el recuerdo que mejor ilustra la pasión de Carmen Olmedo por la lucha en defensa de los derechos de la mujer fue, sufriendo ya los primeros síntomas de deterioro, su empeño en pronunciar una conferencia en la sede del rectorado de la Universidad de Málaga (UMA), ante un auditorio compuesto tan sólo por 4 personas. Una de ellas, Mercedes Vico, entonces vicerrectora de Cultura. Allí, como pudo, prosiguió en su batalla para lograr que se colocara un busto de Clara Campoamor en la sede del Congreso de los Diputados para reivindicar la igualdad de hombres y mujeres en la lucha por la sociedad democrática.
Los anuncios de la creación del citado premio y del nombre de su primera ganadora se inscriben en los actos que se han organizado con motivo de celebrarse hoy, día 25, el Día Internacional contra la violencia de género. Una jornada que sin embargo no estará exenta de polémica debido a la división de opiniones que ha provocado el contenido del cartel anunciador de las actividades organizadas a este respecto por el Ayuntamiento de Málaga, bajo el lema Apaga el canal de la violencia. Un diseño de una alumna del curso de Especialización en Comunicación para la Igualdad de la UMA que trata de reflejar el objetivo de la campaña de hacer hincapié en el poder de los medios de comunicación como agentes socializadores y animar a las mujeres a rechazar la violencia y tomar el mando de su vida.
Pues bien, para la catedrática de Derecho Constitucional y representante de la Asociación para la Defensa de la Imagen Pública de la Mujer, María Luisa Balaguer, aunque convencida de que la autora trataba de mostrar una imagen liberalizadora, piensa que "unas piernas de mujer, con un pie calzando un llamativo tacón, no es precisamente una imagen fresca de la mujer moderna, sino justamente la imagen aferrada al aspecto físico que las sociedades patriarcales demandan: cosificada, esclavizada para gustar al hombre, favoreciendo los gustos estéticos que se le demandan". La lucha continúa, querida Carmen
Habrá pocas personas en la pomada de la política malagueña que desconozcan la trayectoria vital de Carmen Olmedo. Una mujer militante socialista y feminista, pionera en cada una de las actuaciones que llevó a cabo en materia de igualdad y en concreto de la violencia hacia la mujer y los recursos de las víctimas. Siendo secretaria de Igualdad del PSOE de Málaga creó el Foro de Igualdad. En 1985, siendo directora del Centro de la Mujer, llevó a cabo la apertura de las casas de acogida para mujeres maltratadas, las primeras en Andalucía y en España. Fue la primera directora del Instituto Andaluz de la Mujer de la Junta de Andalucía, en 1989, y fue la primera que defendió la necesidad de tener una ley contra la violencia de género y se encargó de presentar su primer borrador.
Muchos compañeros y amigos todavía recuerdan que Carmen Olmedo, del brazo de otra pionera, Chiqui Gutiérrez del Álamo, fueron las primeras, corría la década de los 80, en patear Andalucía, pueblo a pueblo, hablando de igualdad. Casi siempre eran recibidas entre el asombro y la perplejidad. Hay docenas de anécdotas sobre sus periplos. Pero quizá el recuerdo que mejor ilustra la pasión de Carmen Olmedo por la lucha en defensa de los derechos de la mujer fue, sufriendo ya los primeros síntomas de deterioro, su empeño en pronunciar una conferencia en la sede del rectorado de la Universidad de Málaga (UMA), ante un auditorio compuesto tan sólo por 4 personas. Una de ellas, Mercedes Vico, entonces vicerrectora de Cultura. Allí, como pudo, prosiguió en su batalla para lograr que se colocara un busto de Clara Campoamor en la sede del Congreso de los Diputados para reivindicar la igualdad de hombres y mujeres en la lucha por la sociedad democrática.
Los anuncios de la creación del citado premio y del nombre de su primera ganadora se inscriben en los actos que se han organizado con motivo de celebrarse hoy, día 25, el Día Internacional contra la violencia de género. Una jornada que sin embargo no estará exenta de polémica debido a la división de opiniones que ha provocado el contenido del cartel anunciador de las actividades organizadas a este respecto por el Ayuntamiento de Málaga, bajo el lema Apaga el canal de la violencia. Un diseño de una alumna del curso de Especialización en Comunicación para la Igualdad de la UMA que trata de reflejar el objetivo de la campaña de hacer hincapié en el poder de los medios de comunicación como agentes socializadores y animar a las mujeres a rechazar la violencia y tomar el mando de su vida.
Pues bien, para la catedrática de Derecho Constitucional y representante de la Asociación para la Defensa de la Imagen Pública de la Mujer, María Luisa Balaguer, aunque convencida de que la autora trataba de mostrar una imagen liberalizadora, piensa que "unas piernas de mujer, con un pie calzando un llamativo tacón, no es precisamente una imagen fresca de la mujer moderna, sino justamente la imagen aferrada al aspecto físico que las sociedades patriarcales demandan: cosificada, esclavizada para gustar al hombre, favoreciendo los gustos estéticos que se le demandan". La lucha continúa, querida Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario