lunes, 29 de noviembre de 2010

El veto en Málaga a la política (27/11/2010)


Hoy no he podido iniciar mi campaña como candidata a la Alcaldía de Málaga con una valla contratada para ser expuesta en la Plaza de la Constitución


Estaba todo previsto, el acuerdo con la empresa de publicidad, hechos los pagos, los permisos pertinentes... Pero no pudo ser. La empresa propietaria del edificio, que tenía cedida la publicidad a la empresa por mi partido contratada, lo impidió, a pesar de no tener causa ninguna a la que acogerse para negarse a ello. Nunca antes se vetó el contenido de la publicidad que allí se ha exhibido, pero ahora nos lo han impedido por tratarse de una publicidad de una campaña política, en concreto del PSOE. Un motivo de discriminación por razones políticas.

Me cuestiono pues, que si yo tuviera un negocio privado propio, y quisiera publicitarlo en esa valla, hoy estaría allí colocada. Pero como se trata de ideas políticas, se me niega tal posibilidad.

Y ocurre en esta ciudad, “la primera en el peligro de la libertad”, como dice su escudo, que inesperadamente, como si el pasado de este país hubiera regresado al presente, la libertad de expresar opiniones políticas, estuviera vetada.

Los medios de comunicación y las redes sociales se han hecho eco de este suceso. Y me duele que Málaga sea noticia por negar el ejercicio de un derecho que cualquier otro ciudadano para cualquier otro fin hubiera conseguido. Si hubiera querido hacer una publicidad sobre una determinada marca de ropa, o de un producto bancario, hoy estaría allí la valla expuesta. Por tratarse de política hoy la valla se queda en blanco.

Algo debe estar pasando aquí para que la política esté denostada, o que, lo que es peor, una empresa estime que publicitar una marca de partido les traiga funestas consecuencias. Es volver a oír a hurtadillas esa rancia y antidemocrática expresión de “no os metáis en política”.

Me revelo a considerar menor este hecho de hoy. Si empezamos a ver normal estas cosas, es que hemos caído en las redes de los que desprestigian la política. De aquéllos que prefieren que primen los intereses a las ideas, y de aquéllos que temen las ideas políticas sólo porque quieren que todo siga igual. Que manden los mismos de siempre.

Hoy la Plaza de la Constitución se ha quedado con un artículo menos de los preceptos que la propia Constitución recoge, el derecho a no ser discriminada por razones políticas. Hoy la valla queda en blanco, muda de la imagen que yo iba a representar. Han conseguido evitar mi imagen, pero no van a conseguir que deje de manifestar mis ideas.


Fuente: sur.es




Fuente: sur.es

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