El juez de Menores de Granada Emilio Calatayud ha defendido que "hay un 80 por ciento de chavales que cometen delitos pero no son delincuentes" y del 20 por ciento restante que sí lo son, "hay a ver qué historia tienen" y trabajar con ellos para hacer posible la reinserción.
26 de noviembre de 2010
El juez de Menores de Granada Emilio Calatayud ha defendido que "hay un 80 por ciento de chavales que cometen delitos pero no son delincuentes" y del 20 por ciento restante que sí lo son, "hay a ver qué historia tienen" y trabajar con ellos para hacer posible la reinserción.
En declaraciones a los medios en el transcurso de una comida en la que el sindicato ANPE Albacete ha entregado al juez un reconocimiento por su labor en defensa de la autoridad del docente, Calatayud, que este viernes tiene previsto ofrecer una conferencia en esta capital albaceteña, ha mencionado el incremento de la violencia en los tirones, o los robos pero "donde ha subido como la espuma los delitos, sobre todo entre los menores de clase media o media-alta, es el delito de maltrato a los padres y estamos teniendo que dictar ya órdenes de alejamiento entre parejillas de chavales de 14 ó 15 años", a lo que ha añadido que "nos estamos equivocando en esto de la igualdad, somos iguales pero no hemos sabido transmitirlo".
Calatayud también ha citado otros delitos crecientes los de Nuevas Tecnologías, "grabando imágenes por móvil y colgando por bluetooth o por ordenador", los problemas derivados por policonsumo de estupefacientes y "también delitos de relaciones sexuales y abusos sexuales".
En ese sentido, ha abogado por la necesidad de "un pacto por el menor y para el menor porque hay contradicciones tremendas". Entre ellas, ha citado que una chica de 12 años "puede comprarse la pastilla del día después y no puede consentir relaciones sexuales; una chica de 13 años puede consentir relaciones sexuales, lo cual me parece una barbaridad y la elevaría a 14 años porque es la edad más baja en la que el juez puede dispensar para contraer matrimonio".
"Estamos teniendo muchos temas de relaciones sexuales con niñas de 12 años y esos chavales son autores de un delito de violación, porque la chica a esa edad no puede consentir. Pero una cría de 13 años puede consentir relaciones sexuales pero no puede ser testigo de un juicio, no se puede dar de alta en el Tuenti y una chica de 16 años puede abortar sin conocimiento o consentimiento de sus padres pero a la hora de prestar declaración ante un juez debe ir acompañada de sus padres".
Según Calatayud, "tenemos contradicciones absurdas que conviene aclarar" y "lo malo es que se utiliza el tema de los menores como un arma política".
FAMILIA Y JUSTICIA
El juez de menores ha defendido también el papel determinante que han de tener, primero la familia, y luego la justicia, en la defensa de la autoridad del profesor. "Los padres somos los encargados de decirle a los hijos que lo que dice el profesor tiene presunción de veracidad; y en segundo lugar, la justicia también ha tenido a veces complejo de joven democracia y nos ha dado miedo a veces a apoyar al profesor y no lo hemos considerado como funcionario público; hemos condenado a ese profesor cuando ha cometido un delito como funcionario público pero cuando ha sido víctima de un delito como funcionario público no le hemos dado esa protección", aunque ha reconocido que son situaciones que se van modificando poco a poco.
En ese cambio de percepción "son fundamentales los aspectos externos", como lo que supone la tarima, que "no me parece mal" y, "devolver el cero al estudiante, hay que motivar el esfuerzo, el trabajo y la constancia y luchar contra el fracaso y el absentismo escolar, que es una pena que tengamos un 30%". Se ha mostrado convencido de que si se trabaja mucho en la familia y se lucha contra el fracaso y el absentismo escolar, "estaríamos reduciendo mucho la delincuencia en este país y le daríamos mucha más cultura de la que tiene".
"Mi generación --ha puesto de relieve-- hemos pasado de ser esclavos de nuestros padres a serlo de nuestros hijos; nos ha dado miedo poner límites a nuestros hijos y hemos pasado de que los niños sólo tenían deberes a que ahora sólo tienen derechos". Ante ello, ha defendido la necesidad de la autoridad porque "los padres somos los padres, los profesores son los profesores, y yo no soy amigo de mis hijos y los profesores no son colegas de sus alumnos. No somos todos iguales; lo dice la ley y si somos todos iguales, pues unos más que otros".
De la crisis ha señalado que ha provocado la vuelta de muchos jóvenes a las aulas y una reducción de las cifras de delincuencia. "En Granada nos está bajando la delincuencia en materia de menores del orden de unos 200 casos al año. Es lo único positivo que he sacado de la crisis", mientras que, por otra parte, se ha referido también a la valía de la Ley del Menor, calificándola de "una ley buena y hay que seguir apostando por ella".
Según Calatayud, hay estudios en Madrid o Andalucía, que muestran que "el 70-80% de los chavales que pasan por centros de internamiento no reinciden y, en las medidas alternativas, mientras las están ejecutando, el 82% de los chavales no reinciden, porque cometen delitos pero no son delincuentes", aunque ha reconocido que "en el momento en que sale un caso como el de Marta del Castillo parece que se va todo al traste".
Escuchamos con insistencia hablar de tolerancia, respeto, pluralismo, libertad. Sin embargo, muchos de los que gritan a viva voz esas palabras son los que, paradójicamente, no resisten la voz calmada y sosegada de alguien que piense distinto a ellos. (Del blog Visión Política de Giancarlos Candanedo Páez). Encontrado por Silvia V. G7
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